6 de noviembre de 2011

Déjame entrar



Cuando el género está tan degradado entre flipadas como Blade, Underworld,  y éso por no hablar de la nueva moda  ñoña de la saga CrepúsculoDéjame entrar ( 'Låt den rätte komma in', en sueco, el original) demuestra que es posible meter vampiros en una película sin que por ello ésta sea una anodina peli palomitera de sábado por la tarde.

 Ambientada en Blackeberg, un suburbio de Estocolmo en los años 80, el relato avanza lento y con naturalidad mientras se abre paso una atmósfera gélida y terrorífica, para contar una historia que sí: se ha contado mil veces ya ( el amor entre un humano y un vampiro) y que sin embargo esta vez no resulta pesada ni sensiblera.

Incluso recogiendo varios de los clichés más clásicos de los no-muertos (el momento del corte, las habilidades sobrehumanas, incluso la creencia de que un vampiro no puede traspasar el umbral de una casa si no se le invita a entrar, etc…)  , el relato no pierde un ápice de credibilidad, más bien al contrario, todos estos tópicos se  integran sin disonar como pequeños guiños  a los aficionados al género.

Visualmente, la película se mantiene sobria; los efectos visuales , aunque existentes ( se nota bastante el uso del ordenador en la escena de los gatos) son apenas subrayados mediante una realización que  nunca se recrea en la violencia ni la sangre,  para jugar más con lo que ocurre fuera de plano y las elipsis.
Son especialmente destacables la secuencia del Hospital y la magistral secuencia final de la piscina. El alejamiento de la cámara tan característico del cine europeo potencia la  crudeza de las escenas más espantosas del relato de forma magistral.

Economía de medios al servicio del género, en definitiva un soplo de aire fresco para el cine de terror actual, y una película que debería marcar las pautas de qué tipo de cine de terror debería hacerse de ahora en adelante.

16 de junio de 2011

Todos a la calle


Dantesco espectáculo el del panorama actual.

La prensa mayoritaria ha iniciado una feroz campaña para desacreditar el movimiento 15-M. Las cargas policiales de Barcelona (grabadas en vídeo y difundidas a través de Youtube) no han tenido ni por asomo el seguimiento mediático que los bloqueos de las cámaras de Madrid y Valencia.

Y que nadie ose comparar los palos propinados a los manifestantes con los abucheos e insultos dirigidos a los políticos, aún cuando haya más de un  vídeo de  varios infiltrados violentos dentro de los manifestantes. (también circulando por Youtube) Ya hay comparaciones con la kale borroca y guerrillas urbanas, ya ves qué lejos llegan cuatro gatos con un par de improperios y unos botes de pintura.

Pero Anonymous sí que llegó lejos, y hace varios días  eran una Organización Terrorista equiparable a ETA y Alqaeda. Gracias al cielo que la policía española, como medida de extrema urgencia, detuvo a la cúpula de la organización. Algo no debió salir bien, porque horas después la página de la policía fue atacada. Sería ETA.

Y mientras asisto a este maravilloso despliegue de desinformación, desde las cortes valencianas, con diez imputados por corrupción en las listas, Camps  vuelve a apelar a la democracia. En el  Norte, mi tierra natal, encuentro  un claro ejemplo donde PP y PSOE se unen en coalición singular para dejar fuera del gobierno el recién creado partido FORO Asturias.
Curioso, pero no es más que saber que tanto PP como PSOE asturianos están implicados en el caso Marea.  Primera acción de la Junta: Subirse el presupuesto y aumentar los salarios de los diputados.

Maravilloso panorama el de este país, y yo tengo que hablar de pelis... ¿qué peli puedo comentar cuando la realidad está tan entretenida? Bueno, pues recomiendo Inside Job, que ha sido uno de esos detonantes para el movimiento Indignado. Aunque aquí, en España es también recomendable ver el vídeo de Aleix Saló, si todavía no lo habéis visto. Y este domingo otra protesta por el pacto del euro...

16 de marzo de 2011

alerta nuclear

En abril de 1986 tenía lugar el terrible accidente nuclear de Chernobil, y ahora, varias décadas después, con la crisis energética la nuclear volvía a presentarse como una alternativa limpia  y barata a los combustibles fósiles.
Lamentablemente, la terrible crisis que ahora tiene a todo Japón y a todo el mundo pendiente de un hilo ha demostrado una vez más el alto precio que hay que pagar por esta energía. Si algo bueno puedo sacar de la situación actual, es que después de ésto mucha gente reconsiderará su posición respecto a la energía nuclear.
En España, el debate volvía a estar abierto hasta hace poco debido a la crisis energética. El gobierno del PSOE pretendía ir cerrando paulatinamente las centrales, mientras que el PP  pretendía no sólo prolongar su vida útil ( más allá de 40 años) sino que planteaba construir más. Sin embargo, en febrero de este año, el gobierno cambió de postura y eliminó la barrera de los 40 años para prolongar la vida útil de las centrales, cambiando su política radicalmente.

De las 6 centrales que operan en España, la que más críticas ha recibido es la de Garoña, en Burgos, la más antigua del país. Varias organizaciones ecologistas, entre ellas Greenpeace y Ecologistas en Acción llevan años pidiendo su cierre. Casualmente, esta central es gemela a la de Fukushima, lo que puede que acelere ahora el proceso de cierre.

Respecto a lo que está pasando ahora mismo en Japón, no puedo sentir más que angustia, porque la situación resulta ya bastante grave. Todo mi apoyo para el pueblo japonés.

Sobre las nucleares, estos acontecimientos no hacen más que reafirmarme en mi postura, y recordar que los argumentos que normalmente se esgrimen en su defensa son todos falsos:

-las nucleares no son baratas.
Los costes de construcción y mantenimiento, además de los niveles de seguridad que han de llevar son muy elevados, y normalmente se hacen cargo los estados, pues son impensables para cualquier empresa privada.
Por otro lado, los costes en caso de accidente, se multiplican.

-las nucleares no son limpias:
Aún en el caso de que no haya accidentes, los residuos radiactivos que produce una central tienen un período de desintegración muy alto, lo que obliga a buscar cementerios donde el materia ha de permanecer sellado y aislado durante décadas. El emplazamiento de estos cementerios es también cuestión de controversia.

-las nucleares no son seguras, ni lo serán nunca:
Aunque funcionen perfectamente durante años, siempre es posible que exista un error, ya sea humano o un acontecimiento natural demasiado grande para el que la central no estaba preparada (caso de Fukushima). Si ésto se produce, el accidente suele ser de consecuencias muy graves y elevados costes para la salud humana y el medio ambiente. Y estos costes son a muy largo plazo, dado que la radioactividad tarda años en desaparecer, afectando a generaciones.  El riesgo es demasiado grande.